Bueno, antes de nada, buenas a todos, por mi parte trataré de hacer resumen sobre las cosas que veo, hago y me interesan, lógico, para eso están los blog, dicen. Y para empezar, bueno, pues hablaré un poco del concierto que vi este sábado.
Fui con mi media langosta y unos amigos hasta el escorial, había tenido exámenes, porque uno, a pesar de la edad y de la falta de confianza en los sitemas educativos y en la utilidad de los títulos, sigue queriendo ser algo más cada día, y me ha dado por estudiar un poco más.
El caso es que después de los exámenes en Leganes, cogí el coche y me planté en San Lorenzo del escorial, allí tocaban Cesar Rodriguez y Miguel Miguez, que tocaba arropado por sus vecinos, porque, por lo que pude escuchar, este músico es de allá y se notaba. Un grupo de quince personas lo jaleaban sin parar, aplaudían e incluso se sabían sus canciones y las coreaban.
El sitio, un bar muy apañado que se llamaba babel, como la película de Iñárritu. Está bastante bien, un escenario en una de las esquinas, con cuatro pantallas, un piano, y bastante espacio para disponer de los enseres necesarios.
El sonido, bueno, se podría mejorar, igual si utilizasen los altavoces que tienen para el equipo de música habitual y dejasen una pantalla para que los músicos se oyesen, podría ser mejor, además sonaba un tanto metálico todo, pero la verdad es que hay que felicitar la intención, esta muy logrado, la gente y el ambiente es agradable, no se está nada mal.
Empezó Miguel, por eso de que jugaba en casa. Yo no lo había escuchado nunca y no podía por menos que compararle con Alex Ubago según lo iba escuchando, me sonaba igual, hasta se me parecía el tono de voz, y a mi, el bueno de Alex me estomaga bastante, por lo que Angel me cansó un poco.
Me dejó un poco frío, la verdad, hay que reconocer que es un musicazo de escándalo, se destapó tocando la guitarra, el violín y el piano, estos dos últimos instrumentos con nota más que alta,a mi fue lo que mas me gustó de Miguel, me parece que como músico vale un buen saco de oro egipcio, pero no me convencieron sus composiciones.
Ganaron mucho, sobre todo una que se llamaba 10, cuando lo acompaño Cesar Rodriguez. Pero aun así en mi no calaron.
Tocó una con el violín y otro chico al piano, esa si que me pareció elaborada, la melodía un tanto previsible, pero bueno, es lo que tienen las canciones tantas y tantas veces.
El chico se le ve sentido y sincero en la interpretación, y eso es otro punto a su favor.
Después Cesar, un Cesar un tanto descafeinado, pero creo que era por el sonido y el ambiente distendido, a mi, que soy un seto, me distrae demasiado. Me gusta más cuando parece que toca para mi, cuando hay silencio, semi oscuridad y el respeto se nota en el aire.
cuando todos estan pendientes de lo que dice, de la nota que da, de cada palabra, que parece que aclara lo que dijo la anterior, a mi me gusta más en el teatro, en la galileo, en el buho, donde la gente se aguanta los tosidos por miedo a perderse algo crítico.
Aun asi, estuvo bien, no perfecto, no tan grande como otras veces, para mi gusto, pero muy bien, me justificó la escursion y eso es mucho decir, porque soy vago para moverme.
Cantó más o menos las de siempre, pero hay algo que me gusta de los conciertos de Cesar. Al contrario a otros cantautores que llevan un espectáculo, con canciones y sobre todo, comentarios ensayados, comentarios que funcionan y funcionan bien, pero siempre los mismos, la improvisación, para los gestos, los movimientos y poco más, y además, no siempre. La interpretación, más o menos lenta o rápida pero siempre la misma. ¿Porque? porque funciona y punto, y me parece bien, pero eso hace que no vaya a verle cada vez que actúa, solo cuando llevo mucho tiempo sin verlo.
En fin, que este sábado en cuestión me lo pase bien, conocí un nuevo artista, y me deleite con el que ya conocía, me tome una copa un tanto extraña y pase la tarde noche con quien yo quería.
Un buen sábado, un buen concierto, una nueva buena experiencia, un nuevo recuerdo generado.